La limpieza e higiene de los aseos públicos.
Nuestra percepción de la higiene
La limpieza de cualquier espacio por el que transite un gran número de personas al cabo del día (como un hotel, un centro comercial, un gimnasio, una estación de tren o un aeropuerto) es, más que una necesidad, una obligación. De hecho, mantener las instalaciones en perfectas condiciones higiénicas evita la transmisión y el contagio de enfermedades. Y esto se hace incluso más necesario cuando hablamos de los baños públicos de esos entornos. Precisamente, según un estudio realizado por Rentokil Initial en aseos de diferentes países europeos, una adecuada higiene en el baño elimina en un 30% el contagio de enfermedades producidas por bacterias y gérmenes, como la gastroenteritis o la gripe. Además, el documento desvela que, al menos, el 90% de los urinarios y el 70% de los asientos tienen un considerable número de bacterias que representan un significativo déficit de higiene y un alto riesgo para la salud por el contagio de infecciones producidas por las bacterias y gérmenes que se transmiten por el contacto, la tos o los estornudos, y que causan enfermedades comunes como la gripe, el catarro o la gastroenteritis, así como del contagio de infecciones por Salmonella o Campylobacter.
De ahí, la importancia de su limpieza diaria varias veces al día. El problema, no obstante, es que no siempre los aseos públicos están en perfectas condiciones. Es más, según el Informe de Higiene y Salud 2018-2019, realizado por Essity Professional Hygiene, el 39% de los usuarios confirma que habitualmente no utiliza los aseos públicos por falta de limpieza. En palabras de su director comercial para Iberia, Aitor Perfecto, “actualmente, la carencia de higiene puede resultar un factor limitante en la vida de la población. Se llega, incluso, al extremo de provocar ciertos cambios de hábitos, como es el hecho de no utilizar aseos públicos, no ducharse en algunos gimnasios o piscinas o dejar de visitar ciertos restaurantes u hoteles”, comenta.